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Democratizar la educación, educar personas libres para una democracia real

23 May 2011

Antes o después tenía que pasar. Era demasiado evidente el desapego entre la gente de la calle y la casta política. Demasiada la distancia entre las penurias cotidianas de tanta gente, y los discursos trucados y la falacia de un debate político siempre encanallado en torno a la obsesión por conseguir el poder. Con la crisis se acabó el sueño para mucha gente, y las ilusiones de tantos jóvenes de poder llevar adelante una vida digna en algún momento, después de años y años estudiando, creyendo que eso les proporcionaría un futuro al menos aceptable.

No había futuro, nunca lo hubo. Sacrificaron el presente, y ahora se encuentran con esto, con nada.  Sin embargo, cuando todo parecia perdido, inesperada pero no casualmente, nuevas realidades paralelas a la realidad oficial emergen en forma de respuesta espontanea, no programada, no dirigida, en dinámicas horizontales, participativas. Realidades nacidas de lógicas nuevas y diferentes, que van a marcar el devenir de grandes y prometedores cambios sociales. Como hemos venido observando y apuntando en este blog desde hace tiempo, la dinámica de cambio social marca el camino hacia el empoderamiento de las personas frente a las estructuras centralizadas de poder, sean estados, organizaciones internacionales, grandes corporaciones, etc. La expansión de las tecnologías de la información y la comunicación e internet, están definitivamente propiciando esa «retribalización» que anunciara Marshall Mcluhan, visionario en este punto donde los haya. La posibilidad que proporcionan estas tecnologías para la comunicación directa entre las personas, la participación y la coooperación, está marcando y va a marcar la recuperación de nuevas sensibilidades y nuevas identidades colectivas e individuales, que comenzaron a perderse hace ya mucho tiempo,  con la invención del alfabeto y de la palabra escrita, y que culminaron con la escolarización masiva a escala planetaria y la llegada de los grandes medios de comunicación de masas.

Decia Mcluhan, que los cambios provocados por el surgimiento de nuevas tecnologías a través de las cuales nos comunicamos, han determinado el devenir de la humanidad. Así, la invención del lenguaje escrito varió la forma en que accediamos al saber y nos comunicábamos, e hizo pasar el foco desde lo oral, desde lo colectivo-tribal, a nuevas formas mediadas por objetos, (libros esencialmente), y donde el sentido de la vista cobró un mayor protagonismo en detrimento de los otros sentidos, «rompiendo así con el equilibrio sensorial anterior y la armonía psíquica y social que eso generaba«.  Esto provocaría de alguna manera el inicio del  proceso de «individualización», que daría lugar al nacimiento de una nueva epoca, la modernidad, en la que el individuo era el centro del universo, y a una nueva forma de organización económica y social, el capitalismo, en la que la democracia formal, (cada individuo, un voto) sería la culminación como forma de organización política.

La explicación es que cuando lo social, lo colectivo, lo comunitario, deja de ser preeminente, y el individuo  para a ser el centro de todo, comienzan a surgir estrategias de competición por conseguir «un mejor trozo del pastel en el reparto de la riqueza social». El estado, la nación, el sistema escolar, la universidad, o la organización del trabajo, no son sino herramientas de selección social que organizan esta competición. El Darwinismo, tanto en su concepción biológica como social, vendría a dar un pátina de justificación científica a este modelo de evolución, en el que los mejor adaptados serían los triunfadores.

Sin embargo, a estas alturas, ya no cabe duda de que este modelo de desarrollo humano es, primero insostenible, porque está disociado de la naturaleza, la trata como un mero recurso y no como una parte más de nuestro «ser humanos», (venimos físicamente, literalmente, de ella,  y por tanto somos parte de ella). Segundo, ha generado más violencia, guerras, miseria, patologías, y desastres humanos en el planeta de lo que nunca antes se había conocido. Y tercero, no nos hace mejores ni más felices como personas.

John Taylor Gatto hace un brillante e incisivo análisis de cómo la escolarización masiva y obligatoria ha sido una pieza fundamental en la construcción de  una cultura basada, entre otras cosas,  en el consumo acrítico y en la predecibilidad de la conducta de las masas, asi como en convertirlas, paradójicamente, en poco productivas. Uno de los principales problemas del capitalismo, como forma de organización de la actividad económica, ha sido históricamente  el control de la producción. En la tesis de Gatto, la manera de evitar una mejora de los procesos productivos y evitar la sobreproducción, fue acabar con la imaginación de la gente («La imaginación es más importante que la inteligencia» nos diría Einstenin), que era la manera de convertirlos en individuos aburridos, carentes de inciativa, sumisos y predecibles en sus hábitos, lo cual era una garantía para la estabilidad de un sistema económico montado en base a la producción y el consumo controlados y constantes. John Taylor Gatto, nos ilustra al respecto con numerosos ejemplos de cómo este diseño se va fraguando entre los siglos XVII al XIX, donde se inicia en Prusia la primera escolarización masiva obligatoria, » «Mira el filósofo liberal Spinoza. Dijo que la manera de deshacerse de la imaginación era incrustar en la gente reglas sin sentido, competiciones, llenar sus mentes de información inexacta,  finalmente ellos cometerán tantos errores o se sentirán tan frustrados, que cederán el proceso de toma de decisiones a otra persona. » Y esto, por supuesto, se lleva a cabo a través de la escolarización.»

Desde la misma arquitectura cuasi-carcelaria de la escuelas, pasando por aspectos simbólicos como la distribución del tiempo, el orden interior, el curriculum impuesto igual para todos, o la misma separación por edades que discretamente favorece la competición, (no hay competencia entre los diferentes), los exámenes estandarizados, etc., todo tiene un sentido, y nada es casual, según Gatto. Sin embargo esta realidad aparece todavía hoy oculta para la mayor parte de la sociedad, que sigue creyendo en la religión de la educación institucionalizada y en sus títulos, como la verdadera fé y los pasaportes que le llevará al  paraiso de una vida confortable y segura.

Pero la llegada de la crisis puede haber empezado a trastocar esta percepción, justo en este momento en que la tecnología,  internet y las redes sociables están abriendo paso a una nueva era de comunicación, sociabilidad, sentido de comunidad, aprendizaje autónomo y empoderamiento de la gente frente a lo institucional, incluyendo todo lo relacionado con la educación y los aprendizajes. Quizás ahora por primera vez en los últimos dos siglos, comienza a vislumbrarse  una posibilidad real de transformación de la educación, y desde nuestra perspectiva, no hay otra vía mejor ni posible que democratizándola, liberándola de las ataduras que le han sido impuestas durante estos últimos dos siglos y que la han convertido en mero condicionamiento.

Y eso empieza, como tantas veces hemos insistido aquí, por dar el protagonismo a los niños y jóvenes en sus procesos de aprendizaje. Y pasa también sobre todo por crear espacios educativos autogestionados, donde las normas, las decisiones, las sanciones incluso, cuando son necesarias, son dictadas y consensuadas por toda la comunidad educativa, creando de esa manera un sentido de comunidad desde la participación consciente, el diálogo, el consenso, la práctica de la responsabilidad sobre los propios actos, y nunca desde la imposición autoritaria, o desde razones o objetivos ajenos a los protagonistas. Es sólo dentro del marco comunitario donde las personas podemos dar lo mejor de nosotras mismas y donde damos sentido a nuestras vidas. Pero esto, como todo lo propiamente humano, tenemos que aprenderlo, experimentarlo y practicarlo.

Este es el sentido y la práctica que el movimiento por la democratización de la educación viene señalando desde hace mucho tiempo. Como seres humanos tenemos dos necesidades vitales primordiales que deben ser reconocidas y que debieran estar en el corazón de cualquier proyecto educativo: una es la de la libertad, la no coerción, el poder crecer como personas únicas, la necesidad del respeto a nuestra diferencia, a crecer según nuestros talentos y nuestras aptitudes, desde nuestra motivación intrínseca. La segunda es la de reconocer que esta libertad sólo tiene sentido dentro del marco de lo social,  de que vivimos en un marco cultural fuera del cual nuestra existencia apenas tiene sentido. Pero eso requiere un aprendizaje, desde pequeños, en los valores de lo comunitario, del dialogo, del consenso, del apoyo mutuo, del respeto al otro, puesto que todo en lo humano es al  final una construcción colectiva.

No es ninguna utopía que niños desde las primeras edades puedan acceder a experiencias de este tipo. La experiencia de muchas escuelas democráticas en el mundo así lo demuestra. Pero no queremos ahora hacer aquí, y menos en este momento, ninguna apología de nadie ni de nada en concreto, sino más bien, un reconocimiento de que los cambios fundamentales están por hacer, pero que son posibles y realizables, que dependen sobre todo de nuestra voluntad, de nuestra disposición mental, y de nuestra capacidad de imaginar escenarios diferentes.

No puede haber democracia de verdad sin personas libres, y para ello necesitamos una educación que haga personas libres de verdad. Quiero terminar esa reflexión con un merecido homenaje a Agustín Garcia Calvo, poniendo aquí algunas de las emocionantes palabras que pronunciaba el otro día el la Plaza del Sol:

«Ahora me dirijo un poco a la parte de vosotros que son estudiantes más o menos y que me tocan más de cerca: una de las tareas más inmediatas sería ocupar las escuelas y facultades… [Aplausos.] Y termino diciéndoos por qué: porque hace mucho tiempo bajo el Régimen del Bienestar, bajo este régimen que padecemos, los centros de enseñanza, las Universidades, han quedado reducidas a una sola condición real, que es la examinación: examinar, todo lo demás son cuentos. [Aplausos.] Tienen que examinar para producir por ese camino futuros funcionarios tanto del Capital como del Estado o de la Universidad misma, que es también una parte de esos implementos del Estado. Por tanto y para dejaros, mi sugerencia va en este sentido: ocupación de los centros, hacerlos reconocer que no están ahí ni para enseñar ni para investigar ni para nada, que están ahí para examinar, examinaros y producir así futuros funcionarios, están creando vuestro futuro, en eso no nos engañan, y por tanto la acción más inmediata ¿cuál puede ser?: pues naturalmente la destrucción, el boicoteo de los exámenes en curso; por ejemplo, los que ahora acaban de empezar en mayo mismo. Es algo de corazón. [Aplausos.] Con esto que a lo mejor lo primero os puede parecer un poco descabellado, pero que, si os dejáis pensarlo, a lo mejor no tanto, recordando que la sumisión a los exámenes es simplemente sumisión al futuro, que nosotros no tenemos futuro, y recordando que los centros en los que estáis metidos están destinados solamente a eso, a la fabricación de futuro y números de funcionarios, tal vez no os parezca tan insensata la propuesta. Pero os parezca o no, con esto ya me despido, volviendo a repetiros la alegría que esto tan inesperado me ha traído y que al mismo tiempo estaba esperando desde el año ’65. ¡Salud! [¡GRACIAS!] «

11 comentarios leave one →
  1. Marino permalink
    27 May 2011 10:36

    Ocupación, destrucción, bloqueo…Un tanto exaltadas estas soflamas, con una llamativa y reiterada animadversión personal contra… los funcionarios (¡?). Como colectivo, que no nos falte el idealismno de los «eternos adolescentes», por añosos que sean, pero tampoco la prudencia y sensatez de la madurez, sin la cual estaríamos desequilibrados.
    La inclusión, a mi juicio forzada, de esta cita incendiaria aporta poco o nada a la mejora en la educación. Desluce (y, en cierto sentido, pervierte) este excelente artículo sobre educación, con sus jugosas reflexiones personales apoyadas en otras citas, estas sí, acertadas.

    • educaciondemocratica permalink
      27 May 2011 13:35

      Gracias una vez más por tus comentarios Marino. Bueno yo no creo que García Calvo se refiera tanto a los funcionarios como personas físicas como a una cierta categoría de individuos que de alguna manera trabajan para perpetuar un cierto ordden de cosas que puede representar el estado y algunas estructuras aledañas. Me pareció oportuno la inclusión porque, además de coincidir en el tiempo, creo que el discurso de García Calvo, ( hace ya muchos años que tuve la oportunidad de asistir a una de sus conferencias y me resultó muy estimulante su discurso tan diferente, tan no convencional), creo que recoge con otro discurso la visión de Mcluhan de la que hablamos en el artículo, en el sentido de que al hacer al individuo el centro, lejos de empoderarnos nos hemos convertido en meros números dentro del entramado de la economía-estado.

  2. paula permalink
    30 May 2011 11:14

    enhorabuena Josu!
    gracias siempre por tu trabajo.
    nos animas a seguir.
    buen día

  3. 31 May 2011 22:00

    ¡Hola, Josu! Como análisis general de la realidad estoy de acuerdo pero me gustaría matizar una finalidad que se coloca en los procesos educativos (y creo que también en los nuevos modelos de educación libre), y es la de promover niñ@s «sociales», en contraposición del individualismo que, como patrón general, tiende a la competitividad…

    Y es que, al revisar mapas de Diseños Humanos, se puede constatar que un porcentaje de personas han traído un soporte de corte fundamentalmente individualista. No pretendo decir que sea contra natura el modelo de escuela «socializadora» para estas criaturas, pero considero que, en primer lugar, a est@s niñ@s es necesario dejar que fomenten su individualidad para que, con los años, puedan ponerla al servicio de lo colectivo.

    En estos momentos, un modelo homogeneizador como el actual, fomenta el descuadre de la inmensa mayoría de l@s niñ@s, generando un fracaso superior al 32% en España; y, del resto, un tanto por ciento elevado de frustración, insatisfacción, falsas espectativas (sobre todo viendo la que está cayendo a nivel social, y más concretamente en el ámbito laboral…).

    Gracias por tu aporte.

    Salud para ti y los tuyos.

    • educaciondemocratica permalink
      1 junio 2011 13:36

      Gracias Silvano. Supongo que el hecho de que los niños vengan con un soporte más individualista es coherente con la forma en la que ha evolucionado la cultura en los últimos siglos. En todo caso estoy de acuerdo en que tampoco es conveniente forzar ningún proceso, incluidos los de socialización. Tal como yo lo veo, es un proceso que se va dar de forma natural antes o después, y creo que es muy interesante que haya un máximo nivel de autoregulación en el mismo. Sin embargo por el tipo de sociedad en que vivimos, especialmente en entornos urbanos, es muy difícil si no imposible que los niños encuentren un entorno que favorezca adecuadamente este tipo de procesos, ( familias muy pequeñas, falta de espacios comunitarios, inexistencia de espacios físicos adecuados, ausencia de valores comunitarios, etc,etc,) y es por ello que se hace necesario espacios que recreen las condiciones específicas para que los niños puedan crecer atendiendo a su necesidad de libertad y desarrollo individual, pero a la vez proporcionando un espacio comunitario que sirva de marco de referencia de lo que es la vida social, con toda la complejidad de sus interecciones, simpre desde la interacción entre iguales (sean adultos, jóvenes o niños), y desde la consideración de que el respeto a los demás y la cooperación están en la base de la vida social. Un saludo

      • Marino permalink
        12 junio 2011 15:37

        Josu: valorando lo que tenemos que valorar, o sea, lo que, según tu comentario, dijo el referido, su intervención tuvo elementos desafortunados, sin atenuantes. Tú conjeturas que quizá se refiriera a otra cosa y yo que, quizá en frío, cuando lea sus propias arengas, hasta a él mismo le parecerán excesivas… O no, me es indiferente.
        Pienso en algunos de sus acompañantes de acampada. Quizá fueran funcionarios o hijos de funcionarios. No sería tan descabellado. Después de todo, entre ellos debe haber proporcionalmente tanto indignado como en otros colectivos, si es que no más. Con tantas o más ganas de una real-democracia-ya que la media. Él no podía saberlo, por lo que de entrada es una tremenda descortesía para con su audiencia semejante descalificación en bloque. Bastante incivil, diría yo.
        Por lo demás, si prescindiéramos de TODOS los «individuos que de alguna manera trabajan para perpetuar un cierto orden de cosas que puede representar el estado y algunas estructuras aledañas», en tus propios términos, ¿qué quedaría? ¿Gente sin estado? ¿Gente con un orden diferente? ¿Una maravillosa ausencia de orden? Quizá la respuesta en la próxima intervención del librepensador exaltado de turno.
        Estas jergas que nos incitan a olvidarnos de nosotros como personas físicas y nos clasifican por “categorías de individuos”, qué peligro. Esto sí que suena a música totalitaria.

      • Josu Uztarroz permalink
        14 junio 2011 12:59

        Bueno Marino, creo que esta debate ya se nos ha ido más lejos de las intenciones iniciales. En todo caso nada más lejos de mis intenciones que albergar discursos totalitarios, todo lo contrario, precisamente una buena educación es el mejor antídoto contra cualquier forma de totalitarismo. Cuando yo hablaba de «una cierta categoría de individuos», desde luego estaba queriendo separar claramente el grano de la paja, dejando claro que no todo el mundo. ni todos los funcionarios, (entre los cuales, por cierto, me incluyo) son de esa clase de personas. Y en referencia al estado aclaro que no me refiero a la estructura en sí, sino a una cierta superestructura idelógica que se ampara en el estado, y que lejos de procurar y trabajar por el bien común (para eso queremos el estado ¿ no?), lo utiliza para perpetuar priviliegios de unos pocos. Esta perversa utilización del estado es la que ha derivado en la mayoría de los totalitarismos que hemos conocido, especialmente en el siglo XX, y que precisamente tuvieron en la educación despersonalizante y alienante que se instauró por medio de la escolarización obligatoria, entre finales del XIX y principios del XX, uno de sus caldos de cultivo (Wilhelm Reich escribió algo sobre esto, y por cierto una de las últimas quemas públicas de libros en occidente tuvo lugar en EE.UU en los años 60!!, precisamente con libros de Reich!!). Y desde luego no se trata de olvidarnos de nosotros como personas físicas, pero las personas siempre nos desenvolvemos en entornos sociales y culturales concretos, que nos moldean siempre, y pueden llegar, en lo negarivo, hasta cosificarnos, convirtiendonos en meros engranajes de complejos mecanismos sociales construidos al servicio de élites económicas y no de la mayoría. De ahí la importancia de una educación en lo comunitario, donde la persona se reconoce como participe y no como mera pieza a encajarse en un engranaje, entre otra cosas, despersonalizador. Sobre el discurso de García Calvo, sigo pensando que más que una llamada a la destrucción es una soflama que pretende despertar y agitar conciencias, pero bueno admito que igual yo estoy mediatizado por mi visión sobre él. Saludos

  4. Marino permalink
    16 junio 2011 11:20

    De acuerdo en todo, Josu. Gracias por tus comentarios que, lejos de hacer que el debate se nos vaya más allá de las intenciones iniciales, las aclaran y enriquecen.

  5. 22 junio 2011 7:06

    En mi reciente novela, «Como agua entre los dedos», el profesor de Filosofa de un instituto, unido a un grupo de estudiantes, emprende una movilización en su centro mediante el proyecto PADEA: “Participación Democrática Ahora”.Se trata de promover una enseñanza no vertical, sino horizontal, el profesor no imparte, comparte conocimiento con sus alumnos. No les enseña a obedecer, sino a pensar por sí mismos, a ser críticos, El eje central del libro es este: “sin participación democrática no hay educación”.
    Miguel F. Villegas

    • Josu Uztarroz permalink
      22 junio 2011 13:19

      Gracias por tu comentario Miguel, y por acercarnos tu novela, espero tener la posibilidad leerla en algún momento. Efectivamente tal como tu planteas no hay posibilidad de que haya una emergencia de todo lo verdaderamente humano en las personas si no hay un entorno que lo propicie. De eso se trata en gran medida la educación. El autoritarismo nos inhibe y nos impide llegar a ser quien somos y mostrarnos como somos, y sin eso el aprendizaje queda limitado, en el fondo todo está relacionado, y el aprendizaje tiene una base emocional. Sólo los entornos participativos, donde la persona es reconocida, se siente confiada, se le da responsabilidad, etc pueden propiciar esto. O sea como tú dices, la democracia como base para la educación. Gracias de nuevo

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