Las escuelas democráticas: capítulo final del artículo sobre Escuelas Democráticas para la revista Documentación Social
Con motivo de la publicación en el último nº de la revista Documentación Social (septiembre de 2012, Caritas-España), de un artículo que he escrito sobre las Escuelas Democráticas, termino con la publicación de una serie de entradas recogiendo los diferentes apartados del citado artículo. En esta 7ª y última entrada se incluyen los apartados referidos nuevos valores, la Educación Democrática en el mundo y una reflexión final. Se puede descargar el artículo completo aquí: Las Escuelas Democráticas
Nuevos valores, Neotenia
Neotenia, «significa la retención de los atributos de niño en la edad adulta: el idealismo, la experimentación y el asombro. En este nuevo mundo, no sólo hay que comportarse más como los niños, también tenemos que enseñar a la próxima generación a conservar esos atributos que les permita ser agentes de cambio del mundo, adultos innovadores que nos ayudarán a reinventar el futuro.” Joichi Ito, director del MediaLab del MIT.
Quizás la última revolución pendiente en materia de derechos humanos y de participación en el mundo actual sea la relacionada con el reconocimiento de niños y jóvenes como agentes activos de participación y opinión en todas las esferas de influencia social. Más aún, creo que no puede construirse una sociedad sana sin la consideración de todo lo que niños y jóvenes pueden aportar en ella desde su visión y sus valores.
Por su propia naturaleza, los niños representan la renovación de la vida, y por su mentalidad utópica y su ausencia de prejuicios y limitaciones mentales, cuestionan una y otra vez todas nuestras estructuras mentales y sociales. Los niños deberían estar presentes en todos aquellos foros y lugares donde la vida social tiene lugar, contagiándonos de su frescura, de su imaginación y de su alegría. De alguna manera la presencia de los niños es socialmente terapéutica.
La participación activa de los niños es una nueva frontera en materia de derechos humanos y reivindicarla más necesario en un momento en el que nuestras sociedades envejecen rápidamente y en donde la innovación y la creatividad juegan cada vez un papel más relevante en la resolución de problemas sociales de todo tipo. Y la mejor manera de empezar a hacerlo es transformando la educación y las escuelas en espacios de participación activa y consciente, en lugares para el desarrollo de derivas personales únicas e irrepetibles, espacios para el crecimiento personal, la colaboración, la cooperación, el cultivo de la responsabilidad, a través de la participación, la toma de decisiones y el aprendizaje del manejo de la libertad.
La Educación Democrática en el mundo y el Movimiento por la Educación Democrática
Aunque resulta muy complicado hacer un cálculo exacto, actualmente puede haber en el mundo entre 300 y 400 escuelas democráticas operando de modo regular. Por número, EE.UU. es el país que concentra a un mayor nº de las mismas, en tono a 100, pero es en Israel, con unas 30, donde este tipo de opción educativa ha recogido un mayor reconocimiento hasta el día de hoy, gracias en gran parte al extraordinario trabajo de organización y divulgación de Y. Hetch. El movimiento por la Educación Democrática ha conseguido ser un agente influyente el campo de la Educación en Israel, tanto a través de la red de escuelas, que han conseguido el reconocimiento oficial, integrándose muchas de ellas en el sistema público, como a través del Instituto para la Educación Democrática de Israel, que trabaja en colaboración con el Kibbutzim College of Education en Tel Aviv en programas pioneros e innovadores en la formación del profesorado, y promueve planes de reforma del sistema escolar convencional. Además este movimiento crece en importancia en Alemania, Korea del Sur, Japón, Puerto Rico, Holanda, y Reino Unido, entre otros países.
Por iniciativa de la Escuela Democrática de Hadera, en Israel, el año 1993 se fundó IDEC, (International Democratic Education Conference), con la asistencia de un pequeño grupo de pioneros, entre ellos,además del propio Yacoov Hetch, David Gribble, fundador de Sands School en Inglaterra, Danny Greenberg, fundador de Sudvury Valley School, Jerry Mintz, coordinador de AERO (Alternative Education Resource Organization), Lotte Kreizler, profesor de una escuela alternativa en Viena y activista de los derechos humanos y Fred Bay de Bay Foundation, una organización que apoya la educación alternativa a lo largo del mundo. Desde entonces se celebra un encuentro anual en un punto diferente del mundo. La edición de 2012, se ha celebrado en Caguas, Puerto Rico, con un gran respaldo de las autoridades locales. A nivel europeo, el año 2008 se constituyó EUDEC, (European Democratic Education Community) que agrupa a individuos, escuelas y organizaciones de toda Europa que trabajan por la democratización de la educación. Algunas escuelas libres del estado y miembros a título individual participan en esta organización.
Reflexión final
Por todo lo visto hasta aquí, se puede concluir que la Educación y las Escuelas Democráticas pueden ser, en sí mismas, agentes de cambio en la mejora de los mecanismos de inclusión social y solidaridad desde el campo de la educación formal. En primer lugar porque su filosofía y su práctica va dirigida y tiene como objetivo el empoderamiento de niños y jóvenes, partiendo de la singularidad y las fortalezas de cada cual, lo que les permite tener más y mejores herramientas para el posterior desarrollo en su vida de adultos. Este empoderamiento tiene relación directa con la mejora de la autoestima, la capacidad de decidir sobre su propio futuro y la autoconfianza que producen procesos de aprendizaje y crecimiento autónomos. En segundo lugar, es relevante porque educa a partir de una práctica concreta, real y coherente con los valores de la participación comunitaria, la toma de decisiones colectiva, la asunción de responsabilidades en la creación de marcos de convivencia plurales y democráticos, el respeto y la consideración de la dignidad de todas las personas y de los derechos humanos, en un entorno donde la diferencia y la diversidad son respetadas porque se garantiza la libertad de aprender y expresarse de acuerdo a la diferencia de cada uno, bajo la premisa de que el niño que vive y crece en un marco que respeta y protege sus derechos, sabrá en el futuro proteger los derechos de los demás. Además, la Educación Democrática se alinea de manera natural y coherente con los valores de un mundo en el que la propia democratización en el acceso al conocimiento propiciada por el cambio tecnológico derivado las TIC y la llegada de Internet, conllevará una restructuración de las relaciones sociales y de poder hacia modelos mas horizontales, dinámicos y participativos, en los que la inteligencia colectiva sustituirá progresivamente a los antiguos modelos de decisión jerárquicos. La presencia activa de los niños en todas las áreas sociales ensancha la frontera de los derechos humanos, aporta diversidad, mejora los mecanismos de inclusión social, y va en línea con nuevos valores sociales emergentes como creatividad, innovación, participación y neotenia.
Por último y como aspecto muy relevante, la Educación Democrática puede servir de modelo y referente para el desarrollo de procesos de democratización del sistema educativo convencional, especialmente del sistema educativo público, absolutamente necesitado de alternativas que le permitan salir del “atolladero” en que se encuentra actualmente. Experiencias pioneras como las que están siendo llevadas a cabo en Israel nos permiten ser optimistas y pensar que es posible hacerlo si existe voluntad por parte de todos los agentes implicados. Si la actual situación de crisis social y económica a la que hemos llegado, es también consecuencia de un modelo educativo deshumanizado, que fomenta el individualismo y la competición, antes que el desarrollo del potencial creativo de las personas, la colaboración, y la búsqueda del bien común, podemos pensar que cambiando la educación estaremos en condiciones de construir nuevos modelos sociales más justos, más plurales, más solidarios y más democráticos.
Enhorabuena, Josu, por este erudito artículo, que viene a compendiar los valores, propuestas, realizaciones y evolución de la ED. Qué duda cabe que la «última frontera» en educación es posibilitar a niños y jóvenes su participación activa en todas las decisiones y actividades que a ellos les concierne. Y no sólo en el ámbito escolar, tres cuartos de lo mismo en el ámbito familiar. Es más, sobre todo y primeramente en el ámbito familiar. Porque, hasta tanto no se apliquen en forma extensiva los postulados de la ED, niños, adolescentes y jóvenes fortalecidos, «entrenados» en su medio familiar encajarán con actitud ajustada los embates impositivos y restrictivos de la enseñanza convencional (pública Y privada, por cierto). Y esto ya no depende de los profes y del sistema educativo convencional sino, ¡ay! de nosotros, los padres. ¿Asumiremos padres y madres la «tarea»? That´s the question.
Solo una sugerencia: ¿no tenemos otro sinónimo para el anglosajón «empoderamiento»? Traducción literal, creo, del «empowering» inglés, quizás no sea el término más adecuado en español. Esto se hace más evidente cuando en vez del sustantivo (empoderamiento) tenemos que usar el participio: ¿niños/jóvenes «empoderados»?, ¿»apoderados? ¿Mejor afirmación, fortalecimiento, refuerzo, afianzamiento…?
Feliz 2013 y larga vida a la ED.
Muchas gracias una vez más por tu participación y tu comentario, Marino. Comparto lo que dices, en el tema del «parentazgo» o crianza, se suele oscilar entre el modelo autoritario clásico, con más o menos variaciones, y el extremo opuesto, un dejar hacer al niño sin más contrapesos, bien sea por falta de atención o tiempo de los padres, o por reacción extrema a la posición autoritaria. En realidad un «parentazgo» democrático no es ni una cosa ni otra, más bien el niño comparte la responsabilidad en las decisiones, incluyendo las que le afectan solo a él, teniendo en cuenta que afectan también a otros miembros de la familia. Se trata de dar mucha confianza al niño en sus procesos, pero haciéndole también consciente de que hay otros afectados por sus decisiones. Se trata de llevar un diálogo sincero y respetuoso con el niño, y de aprovechar también los conflictos familiares diarios para «reforzar» al niño en sus procesos de construcción de identidad personal y de desarrollo de habilidades personales, emocionales, etc.. Por experiencia te puedo decir que es muy difícil porque exige grandes dosis de paciencia para el adulto, y de enfrentarte a muchas incertidumbres en los primeros momentos. Aparte claro está, de tener que lidiar con el adulto autoritario que todos llevamos dentro. Pero es un proceso de gran crecimiento personal también para el adulto. Lo que está claro es que muchos niños ya parten con grandes desventajas de partida por el hecho de nacer en una familia y otra, y es ahí donde la escuela puede jugar un papel más «compensador», y ahí la Educación Democrática hace, creo, una gran aportación.
Respecto al término «empoderar» pues tienes razón, igual no es la expresión más afortunada, pero parece que el diccionario de la RAE lo acepta, eso me ha parecido en un primer vistazo, no obstante se pueden buscar otros sinónimos.
Un abrazo y feliz 2013
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA:
empoderamiento:
1. m. Acción y efecto de empoderar2.
empoderar2.
(Del ingl. empower).
empoderar:
1. tr. Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido. U. t. c. prnl.
WORDREFERENCE:
empower vtr figurative (give power to) dar fuerza fortalecer⇒ vtr
empower vtr (authorize) facultar⇒ vtr
conferir poderes loc verb
otorgar poderes loc verb
COLLINS:
empower [ɪmˈpaʊər] VT
1 (=authorize)
to empower sb to do sth autorizar a algn para hacer algo
2 [+ women, workers, minorities] atribuir poderes a
Cierto, Josu, la RAE incluye los términos empoderamiento y empoderar. Pero repasando sus sentidos accesibles en internet, tanto en español como en inglés, me parece que se refieren más a apoderar, a facultar a alguien para hacer algo. ¿Es este el sentido pretendido cuando se usan estos términos en este y en otros escritos? Mi impresión (quizás me equivoque) es que no, que no se trata de apoderar/autorizar a alguien para hacer algo sino a fortalecerle, a afirmarle, etc., en sus propias acciones. Incluso la más aproximada acepción de fortalecer se refiere «a un individuo o grupo social desfavorecido».
Respecto al resto del comentario, de acuerdo en todo. Tanto padres como escuela/sistema educativo tenemos mucha tarea pendiente para mejorar las cosas, ya digo. A ver qué hacemos.